martes, abril 19, 2005

Gustavo Adolfo Bécquer

Lo que el salvaje que con torpe mano hace de un tronco a su capricho un dios, y luego ante su obra se arrodilla, eso hicimos tú y yo. Dimos formas reales a un fantasma, de la mente ridícula invención, y hecho el ídolo ya, sacrificamos en su altar nuestro amor.

4 comentarios:

  1. Mi poeta favorito tocándome el corazón desde lo más hondo, como siempre...

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  2. ¡Ese amor que torpemente sacrificamos! Un beso con labios manchados de sangre (propia)

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  3. Ay Gustavo Adolfo, tan eterno, tan bueno... Saludos.

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