jueves, noviembre 30, 2006

Origen de la teoría del libre albedrío [Friedrich Nietzsche]

En uno, la necesidad reviste la forma de sus pasiones;
en otro, es la costumbre de escuchar y obedecer;
en un tercero, se da mediante la conciencia lógica,
y en un cuarto, se muestra en el capricho y el placer extravagante de leer saltándose páginas.
Pero todos ellos buscan el libre albedrío precisamente allí donde están más encadenados. Es como si el gusano de seda hiciera consistir su libre albedrío en su acción de hilar. ¿A qué se debe esto? Evidentemente a que cada cual se considera libre allí donde es más fuerte su sentimiento de vivir, y en consecuencia, como he dicho, unos los hacen en la pasión, otros en el deber, otros en la investigación científica, otro en la fantasía.

Involuntariamente el individuo cree que el elemento de su libertad radica en aquello que le hace fuerte, en lo que anima su vida. Vincula dependencia con torpeza e independencia con sentimiento de vivir, como parejas inseparables. En esta caso, una experiencia que el hombre ha adquirido en el terreno político y social la traspasa indebidamente al campo de la metafísica trascendental: aquí el hombre fuerte es también el hombre libre; el vigoroso sentimiento de alegría y de dolor, la elevación de las esperanzas, la audacia de los deseos y el poder del odio son patrimonio del soberano independiente, mientras que el súbdito y el esclavo viven en un estado de opresión y de necesidad.
La teoría del libre albedrío es un invento de las clases dirigentes.

miércoles, noviembre 29, 2006

Yo y Tú [Martin Buber]

Hombre libre es el que quiere sin la arrogancia de lo arbitrario. Cree en la realidad, es decir, en el lazo real que une la dualidad del yo y del tú. Cree en el Destino y cree que el Destino le necesita...

Pues lo que ha de acontecer acontecerá si no está resuelto a querer lo que es capaz de querer

jueves, noviembre 23, 2006

El Cuervo -fragmento- [Edgar Allan Poe]

Mas el cuervo provocando mi alma triste a la sonrisa, Mi sillón rodé hasta el frente de ave y busto y de cornisa; Luego, hundiéndome en la seda, fantasía y fantasía Dime entonces a juntar, Por saber que pretendía aquel pájaro ominoso De un pasado inmemorial, Aquel hosco, torvo, infausto, cuervo lúgubre y odioso Al graznar: "¡Nunca jamás!" Quedé aquesto investigando frente al cuervo, en honda calma, Cuyos ojos encendidos me abrasaban pecho y alma. Esto y más -sobre cojines reclinado- con anhelo Me empeñaba en descifrar, Sobre el rojo terciopelo do imprimía viva huella Luminosa mi fanal, Terciopelo cuya púrpura ¡ay! Jamás volverá élla A oprimir, ¡ah, nunca más!

martes, noviembre 14, 2006

Si Dios fuera una mujer [Mario Benedetti]

¿Y si Dios fuera una mujer?
-Juan Gelman
¿Y si Dios fuera mujer? pregunta Juan sin inmutarse, vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos no dijéramos no con la cabeza y dijéramos sí con las entrañas. Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez para besar sus pies no de bronce, su pubis no de piedra, sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso. Si Dios fuera mujer la abrazaríamos para arrancarla de su lontananza y no habría que jurar hasta que la muerte nos separe ya que sería inmortal por antonomasia y en vez de transmitirnos SIDA o pánico nos contagiaría su inmortalidad. Si Dios fuera mujer no se instalaría lejana en el reino de los cielos, sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno, con sus brazos no cerrados, su rosa no de plástico y su amor no de ángeles. Ay Dios mío, Dios mío si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer qué lindo escándalo sería, qué venturosa, espléndida, imposible, prodigiosa blasfemia.

miércoles, noviembre 08, 2006

Sobre la ilusión [Ramón de Campoamor]

No rechaces tus sueños.
Sin la ilusión, el mundo qué sería

lunes, noviembre 06, 2006

Celebración de la Amistad, Libro de los abrazos [Eduardo Galeano]

En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre. En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave: pana, por panadería, la fuente del buen pan para las hambres del alma; y llave por...
-Llave, por llave -me dice Mario Benedetti.
Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos del terror, él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero: cinco llaves, de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron.

jueves, noviembre 02, 2006

Ética para Nicómaco [Aristóteles]

Tanto la virtud como el vicio están en nuestro poder. En efecto, siempre que está en nuestro poder el hacer, está también el no hacer, y siempre que está en nuestro poder el no, lo está el sí , de modo, que si está en nuestro poder el obrar cuando es bello, lo estará también cuando es vergonzoso, y si está en nuestro poder el no obrar cuando es bello, lo estará, asimismo, para no obrar cuando es vergonzoso.