No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele.
Guau!!Tienes razón ... ha merecido la pena. Sobre todo, además, porque apunto un nuevo libro en mi wishlist!
ResponderEliminarY sí, los franceses andaron mu-espabilaos con lo de petit-mort (o como se escriba). El final de tu frase, precioso.
¡¡Muchos besos!! (hoy uno me parece poco ;)