Por supuesto, a veces, recordar supone destapar la caja de Pandora. Pero dentro de los males que nos abruman, de vez en cuando, surgen evocaciones de cosas muertas y enterradas llenas de una carga emocional que repentinamente resucitan, y entonces es como si volviéramos a vivirlas. Cosas que acaso en un día no juzgamos importante comentar o exponer o simplemente decir. Cosas que sirvieron de eslavón para construir la cadena de nuestros destinos y que, al llegar a la ancianidad, se vuelven esenciales porque forman parte sustancial de nuestra historia, y nos ayudan a razonar sobre lo que en nuestra juventud siquiera podíamos intuir que podían ser esenciales.
A mi me encantan los recuerdos evocados por el sentido del olfato. casi siempre son buenos, además, y, por lo menos a la menda, me transportan casi a la situación que fue! Preciosa cita, amiga.
ResponderEliminar