miércoles, marzo 09, 2005

Teología

Fe de erratas: donde el Antiguo Testamento dice lo que dice, debe decir lo que quizá nos ha confesado su principal protagonista: -Lástima que Adán fuera tan bruto. Lástima que Eva fuera tan sorda. Y lástima que yo no supe hacerme entender. Adán y Eva eran los primeros seres humanos que de mi mano nacían, y reconozco que tenían ciertos defectos de estructura, armado y terminación. Ellos no estaban preparados para escuchar, ni para pensar. Y yo... bueno, quizá yo no estaba preparado para hablar. Antes de Adán y Eva, nunca había hablado con nadie. Yo había pronunciado bellas frases como 'hágase la luz', pero siempre en soledad. Así que aquella tarde, cuando me encontré con Adán y Eva a la hora de la brisa, no fui muy elocuente. Me faltaba práctica. Lo primero que sentí fue asombro. Ellos acababan de robar la fruta del árbol prohibido, en el centro del Paraíso. Adán había pu esto cara de general que viee de entregar la espada y Eva miraba al suelo, como contando hormigas. Pero los dos estaban increíblemente jóvenes y bellos y radiantes. Me sorprendieron. Yo los había hecho; pero yo no sabía que el barro podía ser luminoso. Después, lo reconozco, sentí envidia. Como nadie puede darme órdenes, ignoro la dignidad de la desobediencia. Tampoco puedo conocer la osadía del amor, que exige dos. El homenaje al principio de autoridad, me aguanté las ganas de felicitarlos por haberse hecho súbitamente sabios en pasiones humanas. Entonces, vinieron los equívocos. Ellos entendieron caída donde yo hablé de vuelo. Creyeron que un pecado merece castigo si es original. Dije que peca quien desama: entendieron que peca quien ama. Donde anuncié pradera de fiesta, entendieron valle de lágrimas. Dije que el dolor es la sal que daba gustito a la aventura humana: entendieron que yo les estaba condenando al otorgarles la gloria de ser mortales y loquitos. Entendieron todo al revés. Y se lo creyeron. Últimamente ando con problemas de insomnio. Desde hace algunos milenios, me cuesta dormir. Y dormir me gusta, me gusta mucho, porque cuando duermo, sueño. Entonces me hago amante o amanta, me quemo en el fuego fugaz de los amores de paso, soy cómico de la lengua, pescador de alta mar o gitana adivinadora de la suerte; del árbol prohibido devoro hasta las hojas y bebo y bailo hasta rodar por los suelos... Cuando despierto, estoy solo. No tengo con quién jugar, porque los ángeles me toman tan en serio, ni tengo a quien desear. Estoy condenado a desearme a mí mismo. De estrella en estrella ango vagando, aburriéndome en el universo vacío. Me siento muy cansado, me siento muy solo. Yo estoy solo, yo soy solo, solo por toda la eternidad.
Eduardo Galeano
'El Libro de los Abrazos'

3 comentarios:

  1. ADAM KADMON... Ese es el principio, el primer hombre, surgido del "barro", el reflejo e Dios, pero incluso las lecturas sagradas pueden parecer sexista... Todos los libros sagrados lo son, pese a que El, se supone andrógino; a la postre viene de Andros... No precisamente estoy de acuerdo con esto... Buena Luna, Princesa.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tus comments en mi blog, ¿ sabes ? hace poco me recomendaron el libro de Galeano, está en mi lista de "pendientes a corto plazo" me muero de ganas de leerlo, pero tengo dos o tres por delante.También he leido el Loco, la Casa de los Espíritus, Verónika...y ahora ando con el Club de la Buena Estrella, sí que tenemos pero que mucho en común, me encanta vivir en el mundo de las "causalidades" ( también tengo una libreta de la felicidad, jejeje )Un beso y a ver si hago un hueco para leerte más ;)

    ResponderEliminar
  3. La verdad es que leido así, realmente tendría todo mucho más sentido del que han querido enseñarnos ;)

    Un beso

    ResponderEliminar