viernes, mayo 06, 2005

Un día de Aquellos [Eurídice]

Portando un saco de huesos camino sin cesar por el Paseo de la Sabiduría; intercambio huesos por estrellas y estrellas por vacas y vacas por toros y toros por gallinas y gallinas por huevos. Así, puedo comer algo decente. Un día, un día lejano lejano, me quedé con una estrella por saber qué era eso de tener una estrella. Reconozco que al principio me gustó, pero después sólo me daba problemas. Ella no paraba de decir "Púleme esta esquina. ¡No! mejor la otra..." y así noche y día, hasta que una noche me cansé y se la ofrecí a Luna [matrona de estrellas]. Luna estaba feliz con mi ofrenda ¡ya era mamá! había adoptado a su primera estrella. Y como no tenía nombre [nunca pensé que fuese necesario] ella le llamó Lucero [era estrella macho].

6 comentarios:

  1. bello muy bello el relato...pero como sera una strella??????...joder!!!!!!!!ske tengo ganas de saber como es ???...
    agur guapa!!!!

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  2. Mmmm son muy pejigueras las estrellas ¡parlanchinas al máximo!

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  3. Me gustan tus intercambios...

    Besos.

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  4. Yo siempre quise una estrella, como la princesita del poema de Rubén Darío...

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  5. Las rojas azoteas se están volviendo añiles sin ti. ¿Cómo va todo?

    Un besito

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  6. crees q no tienes la estrella o q la necesitas. para mi las personas q transportan sentimientos estn llenas de ellas y te aseguro q las q valoran y aman las sonrisas y el sentirse comodo con alguien perciben y sienten las estrellas. me ha gustado este post.. un abrazo estelar

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