miércoles, febrero 07, 2007

Bossuet

En Egipto se llamaba a las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma.
En efecto, curábase en ellas la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás.

3 comentarios:

  1. Anónimo11:09 p. m.

    Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje
    que da su nota blanca al azul de la fuente;
    él pasea su gracia no más, pero no siente
    el alma de las cosas ni la voz del paisaje.

    Huye de toda forma y de todo lenguaje
    que no vayan acordes con el ritmo latente
    de la vida profunda. . .y adora intensamente
    la vida, y que la vida comprenda tu homenaje.

    Mira al sapiente búho cómo tiende las alas
    desde el Olimpo, deja el regazo de Palas
    y posa en aquel árbol el vuelo taciturno. . .

    El no tiene la gracia del cisne, mas su inquieta
    pupila, que se clava en al sombra, interpreta
    el misterioso libro del silencio nocturno.
    Enrrique Gonzalez Martinez.

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  2. Anónimo11:10 p. m.

    bueno... que es un poema que me mola mucho... a ver que os parece. Lo digo por tú colega tambien!

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  3. Cuando era estudiante frecuentaba más las bibliotecas, las adoro en realidad, pero en estos momentos las encuentro muy lejanas, hace años que no saco un libro de alguna, seguro que es debido a mi propia ignorancia. Saludos.

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