miércoles, enero 18, 2006

Las lágrimas de Kali, la Conjuradora [Chantal Maillard]

Que nadie me mire: Caerá fulminado; Que nadie me requiera. Contestaré con el rayo, Con la espada O el detonador de un alma mortífera. En mi parcela de universo yo soy Siva, Soy Kali, La destructora, No la cólera de Dios, No, Sin cólera sin rencor sin venganza, Sin justicia, Soy la gran destructora Cuya furia no se aplaca, Mi mundo, El que yo he creado, Desaparece entre las llamas Que brotan de mis pies. Danzo descalza sobre mis enemigos, No pronuncieis mi nombre! La voz se os quebraría en la boca Y escupiríais diamantes Como si fuesen volcan vuestras entrañas. Que nada se mueva: todo lo que se agite se disolverá en su propio aleteo. No es justicia No es némesis, Es la pura soledad Q se asume así misma Y se quiere y respeta La voluntad de ser, De ser una, Una sóla, De ser única. Yo soy Kali, La destructora, La oscura, La del collar de calaveras, La bebedora de sangre, La solitaria. La fuerza del universo Es el sonido de mis armas Y no hay perdón ni hay Remordimiento Porque no hay ofensa ni ofendido, Ni culpa ni culpable, Hay tan sólo un mundo acumulado bajo las plantas de mis pies, Y no lamento el final desgraciado de algunos, ni el argumento que fue felizmente resuelto, no lamento el final de todas las historias pues yo soy el principio y el fin de todas ellas. Yo soy Kali La oscura, La terrible, La bella, La que construye el tiempo contando sus víctimas... He declarado la guerra a todos mis enemigos Me he declarado la guerra a mí misma. He declarado la guerra al mí. Alejaos Temedme... Por ahora sois aún los objetos del mí. Sois el otro que me habita, me recorre Y dice: “Éste es el pabellón de las delicias” “Éste es el palacio del terror” Todos sois ejercitos y lugares, Sois el que acude a vosotros Para odiaros o para desearos. Cuando termine esta guerra -Si alguna vez termina- podremos conversar y tal vez amarnos, podremos jugar a aquel juego que consiste en abrir distancias y volver a cerrarlas sabiendo que no existe ni el cerrar ni el abrir ni ninguna distancia. Sólo lo imposible me enamora Le declaro la guerra a lo imposible! Decreto la desorganización de las jerarquías, La decadencia de la verticalidad. Absuelvo la superficie Pagaré por ello la desaparición Del vértigo Y el temblor de la espera. Sea. Hasta que crezca el horizonte. Para proteger su crecimiento. Sea. Tal vez después el vértigo sea constante. Tal vez el temblor arranque del presente. Sé lo intensa q es la vida dentro de las cosas. En superficie, todas! Declaro la guerra a lo posible y a lo imposible! Declaro la guerra a la voluntad de logro! Mi voluntad sin objeto Estalla como el trueno Y arrastra en pos de sí Los tiempos venideros y el pasado como un eco Las montañas me reciben Con esa tenebrosa densidad que prepara las tormentas A mi paso se inclinan las bestias y las hierbas Y no hay lugar donde pueda resguardarse Un corazón sensible O tierno o malherido A la des-esperación sucede el trueno. No espero: actúo. La tierra es el espacio del combate, Mis pisadas levantan el polvo como una manada de búfalos en estampida. No hay objeto para mi acción No construyo para un futuro. Soy la q dice No Y en la soledad se consagra como fuerza infinita, Al fin reabsorbida, Al fin Libre. Yo soy Kali, La oscura, La del collar de calaveras, La que nunca duerme, La despiadada, La guerrera, La amante destructora Cuyo pie se apoya en la Posibilidad de sí misma. La Posibilidad siempre igual a sí misma. He trocado la cuerda del ahorcado Por el collar de calaveras Y frente a cualquier tú expreso La libertad primera: Ningun deseo Ningún lamento Ocupará el lugar en el que pueda surgir la ira, O la fuerza, O la calma, Las formas del Poder que se alimenta de la gran Soledad. Yo soy la que no es, La Sola, La que arranca de sí misma, Aquella que aprendió a cortar una lágrima con el filo de su espada sin que en su acero permanezca un rastro de humedad. Soy la que nunca más derramará una lágrima Porque nada posee salvo Su propia fuerza. Héme aquí raiz, Savia de impulsos ascendentes, Madre aún, Posible siempre, Anticipada gestación de un porvenir intruso, Intrusa de un presente Que desestima el valor de nacer A sí mismo de nuevo. Héme aquí clavando mis ojos De savia encarcelada En los troncos vacíos de árboles muertos, Héme aquí creyendo, Queriendo creer En la impostura de las ruinas, En el candor del desastre, El valor de lo opaco… Héme aquí, Héme aquí, He aquí que me atrevo a creer en las ruinas.

¡Me atrevo a creer en las ruinas!

6 comentarios:

  1. Anónimo5:00 p. m.

    *Gracias, Ana, por mostrarme este tesoro...

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  2. Anónimo9:56 p. m.

    Toda autoridad es ficticia. Sean dioses o poderes públicos. Al final caminaremos cogidos de la mano, aunque existan mentes que no soportan (ahora) tal vaticinio.

    :)

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  3. Que decir, ohh Kali, se me ocurre pensar que tal vez no puedas amar. ¿Acaso crees conocer el Amor, Diosa?, tu que has sido principio y final de la creación.

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  4. Sin duda puedo decir alto y fuerte que YO SOY KALI..

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  5. Anónimo1:18 a. m.

    DeNada mi niña.
    Con estos encuentros estamos rompiendo el vacío de la hiperrealidad...
    Mil besos.TeQuiero.


    *Soy la que nunca más derramará una lágrima
    Porque nada posee salvo
    Su propia fuerza*

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  6. Anónimo5:33 p. m.

    Bueno PequeñaCereza no te lo vas a creer, pero después de casi un año,la autora de este TESORO(CHantal Maillard) viene a Melilla a la Escuela de Arte
    (14 de Diciembre2007 a las 7.30)

    Imposible faltar!!!



    y yo no puedo pq estoy en Granada.

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