Pues independientemente de que a veces un amigo haga más daño que un enemigo hay una diferencia clara: la intención.
Yo para eso tengo a mis amigos: para que hagan lo que quieran porque sé que lo hacen con la mejor intención. A veces la cagan y otras triunfan, pero siempre de buena fe. Así da gusto. Y encima sin resquemor. Olé.
A veces ocurre. Pero prefiero sentir el dolor que pudieran producir los amigos
ResponderEliminarTambién hay enemigos camuflados.
ResponderEliminarPues independientemente de que a veces un amigo haga más daño que un enemigo hay una diferencia clara: la intención.
ResponderEliminarYo para eso tengo a mis amigos: para que hagan lo que quieran porque sé que lo hacen con la mejor intención. A veces la cagan y otras triunfan, pero siempre de buena fe. Así da gusto. Y encima sin resquemor. Olé.
Te respondere con un refrán.
ResponderEliminarQuién bien te quiere, te hara sufrir.
A veces ese dolor es parte de la vida.
...Pero me es más sencillo olvidar y perdonar uno que otro...
ResponderEliminarbesos
Realmente y si os digo la verdad, yo pienso como Vicenzo: que hay mucho enemigo camuflado... (mis experiencias lo ratifican a la perfección)
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